La Colegiata de Toro comenzó a construirse en el S. XII, aunque sus obras se prolongaron hasta el XIII. Eso provoca que su estilo sea un Románico de Transición.
La estructura de la Colegiata es de tres naves y un crucero, éste recubierto con el famoso cimborrio, inspirado en el de la Catedral de Zamora.
El ábside central es el más decorado.
En el interior cuenta con una pieza singularmente significativa: una Virgen encinta. Un elemento que nos remite a la época en que fue construida, principios del Gótico, en que el carácter sensual y material de las personas vuelve a se reflejado, tras años de ausencia durante el Románico.
Completa el edificio la Portada Norte, en la que, en una de las mejores muestras del Románico de España, se inscribe la escena del Apocalipsis de Cristo con los 24 ancianos.
La Colegiata se alza imponente sobre el Paseo del Espolón y su estado de conservación es bueno. Sin embargo, hay que reseñar que el año pasado se produjo la caída de uno de sus adornos pétreos (una bola), por lo que se dene extremar el cuidado del edificio.
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